En la vida uno acumula un determinado número de conocimientos aprendidos por experiencias buenas, malas, peores y despectivamente humillantes.
En lo personal, e aprendido muchas cosas vitales en la vida por el procedimiento de simplemente vivirlas. Eh aprendido a no pegar la frente en una cafetera por mas cagante que este el frío. Eh aprendido a tampoco pegar el resto del cuerpo a la misma, ya que aun que el calor ayude a que la ropa se caliente, el pegarse demasiado puede activar accidentalmente la válvula que libera al café de su receptáculo grande de metal sobre tus pantalones. También se de primera mano que es pésima idea aventarle en la cara las croquetas a un rottweiler imaginando que estará feliz de cacharlas ( sobre todo si “ accidentalmente “ le estas atinando a los ojos ).
Entre tantas cosas mas que realmente tengo güeva recordar ( por lo mismo estaré condenado a repetirlas algún día :S ), una de las que aprendí recientemente quizás realmente no tenia que ser aprendida para saber que era una mala idea. Se trata de no tomar una bebida energética a las 2 de la mañana sabiendo que tienes que levantarte a las 5. Lo peor de todo no es hacerlo una vez, es hacerlo 5 noches seguidas sabiendo las consecuencias, retorciéndose en un estado inconciente entre el conciente y el sueño.
Ahora permítanme explicar metafóricamente hablando lo que por mi cabeza pasaba en ese letargo inquieto que produce una bebida hecha para despertar ganado
( Nota: mientras lo leen, puse esta canción de Tomahawk a modo de fondo sonoro opcional, me hace recordar perfectamente lo que pasaba por mi mente en aquel momento de todo menos de descanso :S ).
De repente no me encontré ni en este plano ni en el que le sigue, probablemente un espacio aduanal donde la razón deja lo que le ancla a esta ilusión hecha vida en que convivimos sistemáticamente. Un lugar inquietante donde los espasmos del frío siguen atacando aun cuando el calor sofocante te invade hasta la medula.
De repente encontré una puerta que siempre ignore, o que solo no quise ver sabiendo que mi existencia seria mejor pasando de largo ese como muchos de los aspectos clave que ya eh ignorado con resultados catastróficos.
Abriéndome paso, puede ver a mis demonios juntos, vacilantes, relajados, en aparente calma, dando un descanso a la actividad constante que desempeñan tortuosamente usando mi cabeza como sede.
Fumando puros y bebiendo del licor hecho del fermento de la desesperación que causan, me ven entrar, pero no muestran señas de preocupación, saben perfectamente que no hace falta de su intervención para confundir mi mente en esos momentos, mis neuronas estimuladas a la fuerza hacen su trabajo en piloto automático. Mas aun, algunos de ellos exhalan sus bocanadas de humo en mi dirección, conociendo que cuando una paleta de carne con vida sufre ese efecto, tiene tan atrofiada la razón que no puede hacer mas que caminar al punto mas luminoso que encuentre como un instinto de supervivencia subconsciente.
Me acerco demasiado y puedo ver lo que los mantiene entretenidos, en un caldero central en aquella íntima sala cavernosa, se puede apreciar lo que los tiene entretenidos. Episodios al azar de su obra en curso. Escenas donde destruyen la luna y cae a pedazos formando una playa blanca donde la vía láctea moldea una costa llena de pedazos de estrella varados en la eternidad. Veo también la facilidad con la que contaminan los lagos y lagunas mentales, es difícil ver si es que alguna vez tuvieron fondo, mi vista no me permite identificar el color del veneno que vierten gota a gota, aun que la cantidad hace que crezca el cause casi hasta duplicar su capacidad. La vista se nubla, empieza a entrar la luz por las paredes y ellos solo parecen continuar con su reunión casual de tormento controlado, saben que el efecto toxico autoimpuesto llegara a un intempestivo fin, pero no se despide, nunca se marcharan, solo dejaran de verme en ese cuarto que delante de mis ojos se desvanece, pierde su forma y vuelve a ser el techo de mi cuarto donde sigo tendido casi a la orilla de la cama, con signos de constante forcejeo. Ellos seguirán formando parte de mis pensamientos, serán yo cuando me vea al espejo decepcionado y vuelva a cuestionarme acerca de la colosal carga de mis confusos y minúsculos contratiempos, la mirada extraviada reflejada solo los seguirá complaciendo y motivando a continuar indagando por el terreno que sea, su inusual y tan apegada naturaleza del caos interno.
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Imagino algo parecido sucede cuando se esta bajo los efectos de la “ mostaza africana “ o la “ mandrágora filipina “, y aun que solo hay una forma de saberlo, prefiero no catar de ese tipo de recetas caseras para “ flotar sin dejar el piso “.
Solo espero si quieren experimentar, asegúrense de que el día siguiente sea domingo y que las ventanas tengan la cortina lo suficientemente cerrada para no sacarlos de ese estado en el que unos sigue “ despierto en el sueño “. Paz.
