lunes, 21 de septiembre de 2009

La música cura


Como algunos de ustedes sabrán soy un adicto a coleccionar revistas de batería ( por obvias razones ) de las que compro: Modern Drummer, DRUM! y Batería Total ( esta con algunos artículos traducidos de la Modern Drummer ), en esta ultima, una vez vino un especial de salud ( estiramientos, males comunes entre músicos en general, filosofías, etc. ), y venia un articulo que me llamo bastante la atención, luego de leerlo me di cuenta que no solo es para bateristas ( ni para músicos ) solamente, sino para melómanos en general, es un articulo que le prometí a mi carnal ardilla sacarle copia, pero por X o Y no e podido, así que decidí subirlo para acá para que en general quienes tengan chance lo disfruten también. Es un articulo algo largo de Matthew Sumera ( colaborador de la Modern Drummer ) pero espero disfruten tanto como yo leyéndolo ( y copiándolo ) y que les aporte la inspiración que a mi me aporto.

El secreto esta en la mente

Hace unos siete años tuve la oportunidad de ver tocar a Elvin Jones con su quinteto en un club de jazz de St. Paul ( Minnesota, EE.UU. ). Fue una actuación que reafirmo mi fe en la belleza y la bondad que encierra el mundo.

La noche comenzó mal. Estaba que Elvin apareciera a las nueve de la noche, peor no fue hasta las diez y cuarto cuando este baterista ( en 2001 contaba setenta y cuatro años ( Nota: murió en el 2004 ) ) salio al escenario caminando despacio. Me chocó lo cansado y viejo que parecía. Por alguna razón, hasta aquel momento nunca se me había ocurrido que las leyendas envejecieran.

Me sentí triste. Y también me sentí culpable. Había llevado a un colega baterista que no conocía el trabajo de Elvin. El precio era un poco excesivo y, francamente, Elvin no parecía capaz de tocar al nivel que yo había prometido. Para mi no era una perdida; yo llevaba años esperando para ver al mejor baterista de la historia. Pero estaba preocupado por mi amigo, que tenia que levantarse pronto para ir a trabajar al día siguiente.

Mis temores crecieron cuando Elvin agarro el micrófono para presentar a la banda y las canciones que iban a tocar y se había olvidado totalmente el nombre de una de las canciones. Su voz era temblorosa y escasamente audible. Después de las presentaciones, se dirigió a la batería ( con un poco de ayuda ), se sentó y empezó a tocar.

Hay momentos en la vida que se te quedan grabados. Momentos de una claridad muy profunda en los que verdadera, aunque brevemente, entiendes la naturaleza fundamental de la existencia. Un primer beso, el nacimiento de un niño, un rayo de luz que ilumina el cielo de una manera perfecta… Elvin Jones levantando las baquetas para dejarlas caer sobre los tambores. Para mí, siempre será uno de esos momentos.

Comenzó con un sencillo relleno: Solo unas notas de anacrusa para empezar. La banda comenzó a tocar y la música cobro intensidad. Elvin sonreía satisfecho. Era el eterno joven. De su batería salían montones de sonidos. Había una extraña lógica interior en lo que tocaba. Los tiempos fluctuaban, pero permanecían constantes. Las medidas se tornaban irrelevantes, pero estaban siempre ahí. Ligereza y peso, circularidad y linealidad existían simultáneamente. Los tambores tronaban y susurraban alternativamente. Los platos estallaban y luego gemían.

El resto de la banda seguía lo que hacia Elvin, entrando y saliendo de sus ritmos, apuntando primero a una dirección y luego, rápidamente, dirigiéndose a otra. La música trascendía a la notación; los músicos tocaban en el terreno de la pura emoción. Empecé a sonreír, luego mire a mi alrededor. Estaba claro que toda la gente que había en aquella sala, incluido mi amigo, estaba tan embelesada como yo.

Los noventa minutos siguientes pasaron en segundos, pero permanecerán conmigo para siempre. El arte de Elvin, su pasión y su genialidad trascendían a cualquier flaqueza física. Sus conocimientos salían a raudales con belleza y coraje. Dio la bienvenida a su mundo a una sala llena de extraños y compartió con ellos la esencia de su alma. Creo una intimidad inmediata y eterna, y todos los que estábamos allí, respondimos claramente a su llamada. Al final del concierto, la gente se quedo de pie gritando. Habíamos compartido una epifanía. El tiempo se detuvo.

El 11 de septiembre de 2001, el tiempo también se detuvo. Junto con el resto del mundo, observe con horror como el Pentágono y el World Trade Center eran atacados por unos aviones secuestrados y llenos de ciudadanos inocentes. En los días posteriores a la tragedia, todos luchamos por hacer que aquella locura cobrara sentido y comprender la gravedad de la situación. Durante días estuve siguiendo las informaciones conforme se desarrollaba la historia. Y luego, el cuarto día, apague la tele, encendí el estéreo y escuche a Elvin Jones tocando la batería. Escuché A Love Supreme ( Impulse! 1964 ) de John Coltrane. Escuché Ascension ( Impulse!, 1965 ). Escuché Unity ( Blue Note, 1965 ) de Larry Young, A Night At The Village Vanguard ( Blue note, 1957 ) de Sonny Rollins y Ask The Ages ( Axiom, 1991 ) de Sonny Sharrock. Mi mente retrocedo a aquella noche en St. Paul.

Durante los días siguientes escuche a Elvin todo lo que pude. Sentía una necesidad insaciable de oír a la majestad de la batería hecha santa. No lo escuchaba para evitar la situación; no habían forma posible de hacerlo. No lo escuchaba por miedo a la incertidumbre, ni por odio ni por malicia. No sentía nada de eso. Todo lo contrario, o escuchaba con pena y con dolor. Escuchaba con amor y asombro por la belleza de lo que somos capaces de hacer. Y por ultimo, escuchaba por una sencilla razón: si el mal esta representado por la destrucción, seguramente al revés también debe de ser la verdad. El bien, y por supuesto el bien mas verdadero, está personificado por el acto de la creación.

Esto es lo que la música puede hacer. El momento de la creación… del descubrimiento… de la inspiración que convierte lo ordinario en extraordinario, es esencia de la música tocada de forma entusiasta. Elvin Jones convierte los tambores y los platos en truenos y relámpagos, lluvia torrencial y rayos de sol, la calma y la tormenta se fundían en una. Hacer esto delante de un publico es un acto íntimo de amor. No había extraños en aquel club de St. Paul. No existían los conflictos ni la rivalidad ni la ira. Sólo había una comunidad de creyentes musicales honrando lo sagrado del sonido y el sacerdocio de Elvin Jones.

Cuando comencemos a recomponer nuestras vidas y a restablecer nuestras rutinas diarias, recuerda esto: La Música puede trascender a la adversidad y ayudar a curarte otra vez. La música puede sanar. Nunca remplazará nuestra pérdida; nada podría hacerlo nunca. Acepta tu dolor y deja que te invada. Pero cuando estés preparado para continuar, acude al sonido sagrado.

Durante las ultimas semanas e estado escuchando muchas cosas mas, no solo a Elvin. También he escuchado a Bob Dylan, Fela Kuti, Miles Davis, Charles Mingus y Nustra Fateh Ali Khan. Me he purificado con el Damaged ( SST, 1981 ) de Black Flag y con The Velvet Underground & Nico ( Verve, 1967 ). He escuchado el silencio de Monk y el sonido compacto de Cecil Taylor. Y lo que quizá sea lo más importante de todo, me he reunido con mis amigos y he tocado la batería. Creo que eso es lo que todos nosotros debemos hacer. Dona sangre, por supuesto. Dona dinero si puedes. Dona tu tiempo y tu energía. Pero no te olvides de donar también tu talento. Los músicos somos contadores de cuentos, los historiadores orales de los tiempos modernos. Tenemos la capacidad de comunicar un mensaje diferente para reformular la historia y volver a explicarla como propia.

Yo les pido s todos: Salgan y creen el sonido sagrado. Agarren las baquetas, respiren y toquen la batería. Generen esa intimidad, esa libertad y esa comunidad. Ese será su regalo especial al mundo. Tienen el poder de curar.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Lord Of War

“ Hay mas de 550 millones de armas en circulación en el mundo, O sea, un arma por cada 12 personas en el planeta. La pregunta es: ¿ Como armamos a los otros 11 ? “

Esta película ( dirigida por Andrew Niccol )trata de la vida de Yuri Orlob ( Nicholas Cage ) un inmigrante Ucraniano que vive en una comunidad ucraniana en New York ( Little Odessa )

Un día de repente siendo testigo de un ajuste de cuentas de la mafia rusa en un restaurante, descubre su vocación, traficar armas.

Lo interesante de esta películs, es que es del tipo que denuncian hechos reales, es abrumador darse cuenta ( o en la mayoría de los casos solo reafirmar ) que en el mundo , las balas cambian mas a los gobiernos que los votos.

Cada parte de la película es una reseña bien puesta acerca de la realidad del negocio de la guerra en el mundo, negocio que como es bien sabido, controlan nuestros vecinos del norte, estados unidos, aun que también junto a el están Inglaterra, Rusia, Francia y China, países que irónicamente son miembros permanentes de seguridad de las naciones unidas.

Cada detalle de la información ( reseñas históricas, datos de armas, etc. ) están puestos en una secuencia bien elaborada, basados en hechos poco conocidos de la guerra fría, de hecho, la historia esta basada en la de Viktor Bout, de cómo su facilidad de nata para traficar lo conduce al éxito en ese turbulento mundo del trafico de armas que no solo matan gente, también matan lo por dentro ( " Hay dos grandes tragedias para un hombre, no conseguir lo que quiere, y conseguirlo” ) .

A mi parecer, uno de los puntos mas notables de la historia es como la violencia ah hecho que la humanidad se desarrolle al paso de las eras, de cómo ha sido parte de nosotros desde que tenemos uso de razón ( los esqueletos humanos mas antiguos han sido encontrados con lanza clavadas en las costillas ) y de cómo eso acabara con nosotros mas rápido de lo que otro meteorito tarde en llegar a darnos el mismo destino que los dinosaurios ( que imagino si no fuera por el meteoro de todas maneras hubieran acabado devorándose unos a los otros ).

Espero que puedan conseguirla o de una u otra manera, ( en caso de la gente que conosca, procurare facilitarles una copia ) es ampliamente recomendable.